Artista: Thaïs Morell
Evento: Presentación 2 Album “Amaralina”
Fecha: 20 Noviembre 2015
Lugar: Auditorio La Rambleta, Valencia.
Thaïs Morell es el perfecto ejemplo de una artista global, que toma sin perjuicios, de aquí y de allá, aquellos elementos musicales que enriquecen y refuerzan su singular personalidad de cadencia brasileña, voz de ensueño y majestuosa técnica. Una línea de trabajo que ya dejó entrever en su primer disco “Cancioneira” (2012) y que bien le ha valido para recorrer los principales festivales de jazz y world music del territorio español. Ahora se presenta con “Amaralina”, un disco más meditado, con algún toque pop, y sobre todo más rico en matices y colaboraciones. Nueve temas propios y otros tomados de artistas que admira, forman el segundo trabajo discográfico de la brasileña, para cuya grabación ha contado con una selecta selección de músicos valencianos como Alberto Palau, Javier Vercher o Nacho Tamarit, entre otros.
Thaïs Morell brilló por la calidad que emanó, con una elegancia suprema sobre el escenario y una enorme dosis positivismo a golpe de ritmo mediterráneo y brasileño. Thaïs Morell presentaba un segundo trabajo en La Rambleta de Valencia, Amaralina, siguiendo en cierta medida la estela brillante de su anterior disco Cancionerira. El conciertos tuvo una mezcla de música tradicional y jazz junto con las influencias de cada uno de los músicos que la acompañaron sobre el escenario y que fueron partícipes también del desarrollo de la presentación de “Amaralina”. Influencias brasileñas pero también mediterraneas.
Thaïs Morell contó sobre el escenario con Ales Cesarini (contrabajo), Andrés Belmonte (flauta) y David Gadea (percusión) y la nueva incorporación de Albert Palau al piano y el rhodes. Además subirían al escenario muchos otros invitados de una catergoría excepcional y ya reconocidos en el territorio valnenciano: Alexey León (saxo), Crá Rosa (percusión), Mariano Steimberg (batería), Carlos Sanchís (acordeón), Ceci Debergh (coros) y Natxo Tamarit (bajo). Sin duda un conjuntos de artistas de gran talla sobre el escenario y bajo la dirección de una perfeccionista Thaïs Morell que le dio un empaste milimétrico de cada uno de ellos para que temas como ese Segura o tombo da canoa acaben explosionando con la amalgama de percusión y los versos de voz de Thaïs Morell.
El nuevo disco recoge el equilibrio entre el jazz (la tradición jazzística de prácticamente todos los músicos se vio desde los primeros compases) con sus concesiones y ese trasfondo pop cargado de groove (el tema Amaralina es un ejemplo) que queda en la base de las composiciones. Y además algunos momentos de pura magia con el solo de Alexey León en Vestida de Kentê o las cuerdas en Sambhaliji.
Es complicado que un trabajo como Amaralina, sin residir en la ortodoxia musical del jazz, de la bossa, del folk o de cualquier otra reminiscencia que pueda sugerir, consiga digerirse sin derrotar a los espectadores. Su éxito no solo reside en la pulcritud de cada una de las interpretaciones, sino también en ese juego rítmico que podemos encontrar a lo largo de la playlist de Amaralina. Ritmos que van desde el baião más tradicional a la mezcla entre los punteos más mediterráneos con la bossa. Una amalgama de instrumentos que no destacaron por hacerse notar, sino por haber encontrado su lugar, como la melancolía que trasciende en Eles y el acordeón de Carlos Sanchís a medio camino entre un Piazzolla rodeado por las cuatro estaciones porteñas y el brillo parisino de fondo este corte.
Un somero repaso por los temas que componen este segundo trabajo. Desde Sobre tudo agora a Filosofia pasando por el dúo con David Gadea en Pife torto (Thaïs Morell deja la guitarra por una flauta de bambú) o por ese homenaje a Lorca, en castellano, que es Los mozos de Monleón. Distintos escenarios en los que desarrollar este trabajo: ya sea en solitario con los arpegios a la guitarra de Thaïs o con todo el combo de músicos sobre el escenario, como ese Vestida de Kentê con el acabaría con todo el auditorio (lleno) de pie.